sábado, 25 de diciembre de 2010
El Grillo amarillo. Tercera entrega de la Charca.
Título: El Grillo Amarillo.
Acuarela y lápiz acuarela. 2010
Autor: bb
La Charca.
“La mayor parte de la belleza de nuestro Planetase debe a las dificultades que tienen los vegetales para llegar al orgasmo”.
bb
El Barco de Papel casi naufragaba cuando apareció el Grillo Amarillo sobre el confortable Camalote del Litoral. Viendo que la tropilla de renacuajos se masticaba la prensa republicana que nos brindaba el Barco de Papel, el Grillo cantó un himno revolucionario tres tonos por debajo de lo permitido y terminó con un silbido suprasónico de daño asegurado para el aparato auditivo de los Vecinos de la Charca. Con el misil sónico del Grillo Amarillo no quedó ni un solo renacuajo y el PejeRey
tuvo que retroceder con sus masivos cómplices de opereta, patoteros amigos de esas mojarritas, la otra base alimenticia de la laguna bonaerense. El Grillo Amarillo al darse cuenta que todos lo miraban fascinados por su intervención operística, aprovechó para obtener un rédito político y recitar su Poema al Camalote, vegetal que lo soportaba desde hacía años y que estaba a punto de desalojarlo por su incontinencia contumaz. Canta el Grillo Amarillo su Poema al Camalote:
Camalote
Planta viajera en el agua implantada,
con verdes tetas flotando marineras.
Su hoja cuchara a las lluvias bebiendo
y su flor, de diseño violeta, azul y oro.
Camalote
Lugar para la navegación de la víbora,
y para mil partos del mosquito asesino.
Manta verde que ahoga ella toda unida
a los que nadan debajo y entre el barro.
Camalote
La mancha verde sobre el río chocolate.
El agua nutritiva invadida por el monte.
Raíz serpentín mirando al cielo sumergida,
en el brillo verde de prepotencia amarilla.
Camalote
Solar del Grillo Amarillo, poeta cumbiamba.
Carnosa fibra de agua llena de vida sobrada.
Una casa flotante para el romántico corazón.
Viajero bajando a morirse en el agua salada.
El Camalote aguantaba los versos obsecuentes y las funestas referencias anticipatorias, como esa de morirse en el agua salada, pensando que con una buena ayuda divina el inmundo grillo sería reemplazado por otro ocupa menos marihuanero.
Fue por eso que el Camalote esperanzado vio en el Barco de Papel, un enviado de ultramar los mares, un divino, una planta de papel escrita con verdades en letras republicanas; y decidió rodearlo y protegerlo con sus hijos, los bulbos menores sobre producidos por su actividad sexual nocturna. Actividad que era su arma secreta para la conquista del espejo de agua de la mesopotamia. El Camalote trató de leerlo al Barco de Papel y entonces supo que al acto de leer no lo había conocido nunca, ni leerlo ni escribirlo y menos estando en francés, segunda lengua de la familia
viajera hacia y desde la Ciudad Feliz de los Niños del Mar del Plata. Con los Ratones Stones rodeados por el Hormigón Armado y con el Barco de Papel protegido por el Camalote la calma volvió a la Charca. Pero no duró mucho pues entonces, el Padrino
Niño se descalzó y entró con su pie sobre el barro blando de la orilla, la cual envolvió amorosamente sus dedos de Niño, escurriendo su arcilla a través de los mismos, para dormirse sobre la capellada de su calzado natural.
Alfredo Benavidez Bedoya
(Continuará)(0jalá)
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