sábado, 19 de marzo de 2011

La acuarela de Fermín.



La acuarela de Fermín.
Acuarela de Fermín Eguía
Título: “Bruto pez”
Medidas: 28 cm x 40 cm.
Año: 1988
Dibujo acuarelado con acuarela parásita dentro suyo.
Autor: BB
Papel Schoeller de 300 gramos.
Aquarellepapier Nro.: 10
Medidas: 23 cm x 32 cm.
Año: 2011
El papel se muestra tensado y anclado mediante cinta engomada a una madera de pino. Hay que mojar la madera, la hoja y la cinta de papel engomado completamente, para que al achicarse en el proceso de secado, tense y se vuelva indeformable. La acuarela real es la que tiene fondo blanco. Sobre el campo periférico formado por la cinta engomada se pueden ajustar la composición y el sistema de representación
geométrica. La pequeña acuarela de Fermín está pintada “alla prima” sin calcados ni mierda de transferencias. Las medidas de la pequeña acuarela, memorizada, reproducida, miniaturizada y resignificada son: 6 cm x 4 cm.
BB
Arrinconado por deudas razonables, dadas las artimañas del Ministro de Cultura
para no aumentar la pensión del Gran Premio Municipal, Ministro alimaña que consiguió quebrar así mi economía, decidí vender la acuarela de Fermín Eguía. Lo hice ante el interés de un coleccionista que me confirmó su deseo de tenerla. Sin embargo a la semana nomás desistió de la compra, debido a problemas domésticos que seguramente incluían la compra de la acuarela. Quedé así dispuesto a perder la acuarela, que había cambiado hacía años a Mónica Carricart, directora de la Galería Ática, galería donde yo había expuesto dibujos y grabados. El canje de la acuarela lo hice por una cartulina enyesada (dibujo original) llamada “La caída de los ángeles rebeldes”, un tema clásico donde Satán y sus devotos y maléficos ángeles son echados del cielo, por las espadas de los ángeles leales a Dios, como el Arcángel San Gabriel. La acuarela de Eguía, acuarela realizada en el Tigre, muestra a un “Bruto pez”, a punto de engullir una mosca, cigarra o bicho antropomórfico sin
sexo que, a su vez, muestra que al tener más o menos en su lugar la nariz, la boca y los ojos, ve, huele, gusta, pero no oye. Claro que vuela, pero no oye y no vuela tanto, porque está por ser almorzada por el bagre primigenio del Delta del Paraná. La desesperación por la rápida venta, me llevó a conocer galeristas especialistas en vender “Fermines”, a tratar de cotizar justicieramente la obra, apelando a artistas cercanos al matrimonio Eguía, tomando en cuenta seguros pagados por obra de Eguía y cotizaciones de los remates donde aparecen estas acuarelas. Al mismo tiempo, mi sistema personal de pérdidas importantes se activó, imaginando la forma de no perder la acuarela, que había presidido años la mesa familiar. Decidí meterla dentro de una acuarela mía antes de que se la llevaran y la perdiera para siempre. Después pensé que asociar una acuarela mía, propia de un aficionado grabador en blanco y negro a una de Eguía podía ser una buena estrategia, porque si sucediera la venta de la original acuarela, ello llevaría a la posible venta de la acuarela parásito de la primera, la de mi autoría. Pero bueno, no sé, sea por una cosa u otra, me siento más tranquilo luego de meter la acuarela dentro de una obra mía y pienso poner en venta la acuarela de Fermín en la galería palermitana Mar Dulce, la acuarela mía se queda conmigo, por ahora.

La acuarela de Fermín.
Salta que te salta
el bagre saltarín,
del arroyo salta
a los aires por fin.
Al revés del trampolín,
saliendo del agua salta.
Almorzar quiere la mosca
que bien pintara Fermín.
Se come esa narigona,
esa mosca zumbadora,
de labios carmín,
mirada maricona,
y pies color aserrín.
Se come una mosca
que de Él, divertida,
ríe, la muy atrevida.
Ojos abiertos sin fin,
como uno al saltar,
con relativa audacia
desde el trampolín,
con arte y acrobacia
desde el trampolín.
Es saltar al propio fin,
el miedo al trampolín.
Crónica, análisis y verso: bb

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