miércoles, 29 de junio de 2016

La clase de Historia del Arte.


Copias de estudio. Ejercicios de estilo, donde aparecen increíbles reminiscencias bonaerenses. “Sandro en el siglo XVII”. Copia de estilo al óleo a partir de un dibujo de Francisco de Herrera el Viejo, donde aparece en forma asombrosa la figura inconfundible de Sandro, el famoso tenor de lengua del conurbano bonaerense. “Bella joven con chorizos bombón”. Copia de estilo al óleo a partir de un dibujo de Holbein el Viejo (degenerado) representando una blonda púber con un collar de los famosos y bonaerenses chorizos del tipo “bombón”.
La clase de Historia del Arte.
Poema simpático.
Cuando uno dicta la clase de Historia del arte Vanguardista.
Todos callan y agrandan los ojos hasta ser los de Picasso.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Rococó.
Todo el claustro masculino se masturba con recio frenesí.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Minimalista
Todos ellos, salvo los de la primera fila adicta, se la duermen.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Mexicano.
Todo el claustro femenino suspira cuando les hablo de Frida.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Africano.
Todos creen que ellos, si fueran negros, harían lo mismo.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Argentino.
Todos piensan que el más argentino, será el hecho por ellos.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Religioso.
Nadie acepta que el arte es sagrado, al ser primero religioso.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Griego.
Todos dicen que es irrepetible, para no tener que hacerlo.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Rupestre.
Ninguno de los alumnos sabe qué quiere decir rupestre.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Flamenco.
Todos los alumnos creen que las aves flamencas pintaban.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte de Hoy.
Todos los alumnos hacen eso, sin saber que será de Ayer.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Impresionista.
Ninguno salió un fin de semana a pintar nada, por la resaca.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Aplicado.
Ninguno sabe, que hoy nadie sabe hacer lo que antes sabían.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Veneciano.
Todos  piensan que los colores son derivados del capriccio.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Barroco.
Todos los claustros consideran obesas a las novias de Baco.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Posmoderno.
Ninguno entiende nada pero por pudor tampoco preguntan.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Oriental.
No les interesa nada por desprecio al Amarillo Antípoda.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Egipcio.
Todo el claustro me mira de costado con un ojo de frente.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Culinario.
Me gritan burgués satisfecho por las Carnes Acompañadas.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte de los Locos.
Los Licenciados Dueños de los Locos nos piden colaboración.
Cuando uno dicta una clase de Historia del arte Gráfico.
No me pagan un plus, después de tantos años aportados.
Cuando uno dicta una clase de Historia General del arte.
Nadie sabe que el Arte es precioso por ser placer inmóvil.

Pintura y poema simpático: Profesor A. Benavidez Bedoya

miércoles, 22 de junio de 2016

Mosquitos montados por la Muerte clavándose el Chapa 16, nombre ferroviario de la formación del Ferrocarril Sarmiento siniestrado en Plaza Once de Septiembre, antes Plaza Miserere. Grabado en Linóleo. Medidas: 30 cm x 40 cm. 2016.
Autor: Alfredo Benavidez Bedoya.

sábado, 18 de junio de 2016

“Mano izquierda quemada”. Dibujo pirograbado. 2010.


“Mano izquierda quemada”. Dibujo pirograbado. 2010.
Autor: Alfredo Benavidez Bedoya.
Espero que no sigan poniendo las manos en el fuego porque ya las tienen tostaditas¡¡
Oiga, diga¡¡ Y si no quiere ser Rector ni quiere ser Director de Museo????
Porque nos escribe todo estoooo??????
Porque no sé qué hacer con mis manos
Porque mis manos no saben qué hacer
Y se agitan y sus dedos bailan nerviosos
Después de amar el cuerpo de mi mujer
Porque mis manos no saben qué hacer
Después de acariciar a mis cuatro hijos
Porque mis manos no saben qué hacer
Y se agitan y sus dedos bailan nerviosos
Después de jugar con los dos caniches
Porque mis manos no saben qué hacer
Después de grabar, dibujar y modelar
Porque mis manos no saben qué hacer
Y les he prohibido meterse en los bolsillos
Ni en los propios ni tampoco en los ajenos
Por eso les escribo todo esto y mucho más
Porque mis manos no saben qué hacer.
Porque no sé qué hacer con mis manos.

Dibujo pirograbado y verso: Alfredo Benavidez bedoya.