domingo, 26 de julio de 2015

Los juegos de estrategia. 1


“Los juegos de estrategia”.
Grabado en linóleo. Medidas: 45 cm x 30 cm.

Autor: Alfredo Benavidez  Bedoya.

lunes, 13 de julio de 2015

Teoría del artista. Esclavo paisajista mecanizado.

Teoría del artista. “Esclavo paisajista mecanizado”. Grabado en linóleo. Medidas: 41 cm x 30 cm. 2015.
Esclavo paisajista mecanizado, cumpliendo su estética y topográfica tarea, mientras un odioso palomo trata de cagarle sus detritus sobre la pelada de artista. Teoría que dice que la aparente libertad de hábitos del artista, la libertad de opinión, de maneras y desempeños que se le tolera, es en realidad un premio por su cautividad social. El artista no es libre en realidad según esta Teoría, es un cautivo social producto de una enorme selección que se pone en marcha en el camino desde el taller a la Escuela de Bellas Artes, de allí al Salón nacional, luego a la Galería de Arte y por fin al Museo, como ya se desarrollara en el libro “El Museo del Bicho”, selección en la cual se arruinan muchos aspirantes a la vida artística, vida que se les queda y se les va en formar a otros miles de sacrificados aspirantes a lo mismo. Todos de todas formas contribuyen a dibujar el mundo como se verá más adelante.
Los artistas son adiestrados de a miles y miles, solamente para elegir luego a unos pocos para el Museo, despreciando el esfuerzo en vano de los demás. Es por tanto el artista, según esta teoría, un esclavo especializado en buscar rupturas o enlaces metafóricos nuevos, para colocarlos como baldosas, sobre las cuales viene marchando la especie. Con certeza y sentido hay destino, eso es en el fondo, el combustible para seguir adelante.
O sea que la cautividad social del artista se premia con una libertad y comprensión hacia las excentricidades y excesos, siempre y cuando se tenga una contraprestación artística que conlleve un esmalte de sentido para cubrir como una manta la vida de la comunidad. Sea para que la duerma o para que la despierte y alarme, según la conveniencia de la especie, según el momento y la oportunidad.
La Teoría nos muestra al artista obteniendo información simbólica precisa sobre el Lugar donde actúa la especie. Especie recolectora con aparato de visión para ver con nitidez un cono frontal de 40 grados, con un sector de visión periférica que permite recolectar frutos o cazar pequeños animales, huyendo en lo posible de los demás. También para huir es un aparato adecuado de visión, siempre que se controle el miedo y no se mire hacia atrás. Los artistas dibujan el mundo entero y no solamente sobre papel, desde el espacio, desde una foto satelital todos pueden ver a Holanda ya completamente dibujada. Las ciudades y pueblos, las auto rutas y los trenes, los campos cultivados, las formas que controlan las aguas, las distribuciones en redes con dibujos de laberinto, el reino de la agrimensura. Todo lo agreste acotado y conservado, lo natural, antes motivo de paisaje bucólico es hoy la excepción, lo que antes era silvestre los jardineros del mundo lo han domesticado.
La geometría natural se va simplificando y sintetizando y optimizando y seleccionando, al dibujarla y volver a dibujarla en un lugar visitado y domesticado, el Domus de la especie dibujado por el artista esclavo, todo está claro, todo es conocido, nada es peligroso. Pero, a ver, lo que realmente no me queda claro es por qué el palomo, ave canora esposo de la paloma olímpica prenda de paz, trata de cagar sus detritus, sobre la noble calvicie del paisajista esclavo.


Teoría y grabado: Alfredo Benavidez Bedoya.

lunes, 6 de julio de 2015

Teoría sobre el artista. La decoración del Mundo.


Teoría del artista. La Decoración del Mundo. Grabado en linóleo. Medidas: 30 cm x 25 cm.
Teoría que sostiene que el artista ilumina el mundo y lo decora y lo vuelve a decorar, generación tras generación. Que destaca siempre aquella parte del mundo pletórica de armonía natural, armonía mal denominada belleza, mal según los feos digo yo. Señala lo pintoresco, o sea lo que sea pasible de ser pintado. El “motivo” del artista es un motivo que motiva a pintar, casi todo no lo motiva, lo que no motiva, no debe ser pintado ni mirado hasta que motive. Establece una marcación de familiaridad con aquella parte del mundo donde podemos ser felices y otra marcación de peligro ante lo estéril, inhóspito o peligroso o simplemente desconocido. Como los paisajes de otros planetas, que ahora conocemos por las fotografías celestiales. Paisajes nuevos que nadie osa pintar por inverosímiles tal vez, o por ser el lugar del otro o de nadie. Si el artista al crear, abstrae y no representa, también presenta un mundo iluminado por características esenciales, abstractas, primeras, primarias, elocuentes, múltiples, únicas, sintéticas, cinéticas, simpáticas. Características esenciales que se mueven por detrás de los gestos del realismo copión.
Se ilumina el mundo al volverlo estético, al categorizarlo como bello o cercano a nuestro placer, el mundo estético como dador de placer y conocimiento. O al contrario el mundo prohibido por el Tabú, sea de clase, de especie, de tradición, religión o supervivencia. El Mundo temido, hostil, el infierno, el mundo oculto, el lugar para el castigo tal vez merecido o para el martirio. El Mundo que prefigura la Muerte. También a ese mundo el artista lo estetiza en una salsa distinta, y lo ilumina con pintura negra como el Goya o con crueles detalles como el Bosco. Y todo esto para poder servirlo en la mesa de la especie y que su gusto y aspecto no le provoque vómitos a nadie. Es otras de las tantas teorías del artista. ¡Ay¡ ¡Qué vida la del artista¡. Y todo para palmarla y ser homenajeado en el mejor lugar posible, con un libro muy gordo hecho a los apurones, con las viudas haciendo chapa y con unos lindos pimpollos pegados en el marco del autorretrato, que uno se hizo ya de jovato para la ocasión. Aunque como decía Francis Bacon, el arte es la mejor ocupación para tener, cuando ya sabe uno, de qué se trata la vida.

Texto y grabado: Alfredo Benavidez Bedoya.

jueves, 2 de julio de 2015

Teoría del artista. El autorretrato.

Teoría del artista. El autorretrato. Grabado en linóleo. Medidas: 37 cm x 39 cm.
Teoría que sostiene que la obra del artista es toda ella un gran autorretrato. Se pinte lo que se pinte, todo es un autorretrato. Todo aquello que su mano labora trae consigo el capital fantasmático de la personalidad original del artista, o de su alma que no existe o de su espíritu excelso o repugnante, o sea de su fantasma que tampoco existe, como decía al principio. Teoría que quiere convencer que sólo Vincent pudo llegar tan lejos con sus girasoles o zapatos o con la catrera o consigo mismo, porque su singularidad fantasmática, tiñó a toda su obra de certeza filosófica. No importa en cierto punto que contenido tiene la imagen, si la transferencia poética ha podido despertar el interés y el callado asentimiento del anónimo espectador. Espectador desesperado y ávido de alguna certeza que valide la vida y produzca sentido. En ese momento la obra es funcional para el proceso histórico que se vive. Sea Van Gogh o cualquier artista, sea central o sudaca, incluso aquellos primitivos que han sufrido la re significación occidental con un nuevo volcado de contenidos, y que seguirán siempre en el anonimato, sin distinguir singularidades, pero con el poder fantasmático de una cultura ida, sin poder de réplica. Es una de las tantas teorías del artista.
Texto y grabado: Alfredo Benavidez Bedoya.