jueves, 28 de noviembre de 2013

La cabeza de Miranda María de la O.


Primeros bocetos para la realización de dos cabezas escultóricas, las de mis hijos Miranda María de la O (12) y Cecilio Laureano (9), ya publicados.
Máscara o mascarilla en terracota para cocción cerámica con un estudio para el retrato de Miranda María de la O.
Autor: Alfredo Benavidez Bedoya.

martes, 26 de noviembre de 2013

Inauguración del Zorro rojo. Mural de los artistas de la editorial.


El zorro rojo. Inauguración de su local, mural realizado por artistas de la editorial y espectáculo de tango contemporáneo (ganadores de un Premio Grammy).
Tapa del libro “El salvaje” de Horacio Quiroga y dibujo mural (2 metros x 1,50 metros): Alfredo Benavidez Bedoya.
Obras de Isol, Nine, Pablo Páez, Sergio Langer, Diego Bianki, Benavidez Bedoya, etc.
Galería del Liceo. Avenida Santa fe y Anchorena. Viernes 29 de noviembre 19 30 hs.

viernes, 22 de noviembre de 2013

El Cristero y la Peste. Segunda parte.


Martín García. Primer Faro de madera. Óleo sobre tela. 1884. Secretaría General Naval.
Diseño del Faro de la isla Martín García. Terminado en 1897.
El faro tuvo hasta 1916 luz fija de querosén, luego luz a destello de carburo de calcio y en 1924 se adoptó un sistema de luz a destello con alimentación de gas.
Dibujo: “La enmascarada recibe al Mal”.
Autor: Alfredo Benavidez Bedoya.
Los crímenes de la Isla Martín García.
El Cristero y la Peste. Segunda Parte.
El Pabellón de la Muerte.

Oficina Central de Hidrografía.
Ministerio de Marina
Informe para el Director Teniente Coronel de Marina Clodomiro Aguerreberry
Funcionario informante:
Óptico Diplomado. Marcello Longobardi. Torrero de Faro.
Faro Isla de Martín García.

Al principio, la cercanía de las familias y los conocidos, con los cuales se comunicaban a la distancia calmó los ánimos de los apestados, además hacía días que no había muertos, aunque muchos presentaban síntomas muy claros de peste. El enorme pabellón fue rápidamente amueblado y los confinados hicieron traer a sus familias y allegados desde Buenos Aires, todo tipo de artefactos o provisiones, en algunos casos de lujo. La convivencia nunca es fácil y menos en cuarentena, los pasajeros se agruparon por nacionalidades o afinidades, pero entre ellos ya había recelos y antipatías.
Nadie pensaba que la cuarentena se iba a extender mucho, pero así fue, recién se fue luego del largo verano, cuando se fueron los mosquitos, que siguieron picando de enfermo en sano y de a poco enfermando a todos. Para evitar el contacto externo a través de mosquitos infectados, se quemaban pastos, se provocaba humo y se quemó todo el palo santo de la isla que dicen que repela a los mosquitos. Pero, también se tomaron otras medidas de aislamiento físico total, porque varios sanitaristas negaban la teoría de los mosquitos.
A las medicinas tradicionales se le sumo el láudano, una forma líquida de consumir el opio, de efecto terapéutico, pero del que abusaron enormemente todos, así como de los infinitos licores, vinos y bebidas blancas que los ricos pasajeros se hicieron traer. La muerte de los propios, de los cercanos, la muerte propia, el hacinamiento en una especie de pequeña ciudad glotona y libertina, anillada y prohibida por fusileros armados. Esta situación llevó a escenas de locura y de muerte. La enfermedad incluye entre sus síntomas finales el delirio y violentas convulsiones, el primero fue el causante de varias muertes y las convulsiones de los seres queridos enloquecían a sus familias.
Resulta que mientras todo esto pasaba, la isla estaba en plena alarma por la fuga de un peligroso preso, un violento homicida, un perverso lunático. Todo el personal del presidio lo buscaba apoyados por fusileros navales. Como era habitual se dirigieron primero a punta Cañón que es desde donde los presos trataban de alcanzar el vecino país, el reo, de nombre supuesto Juan Solanas, había trabajado en reacondicionar el enorme Pabellón y pronto se supo que se encontraba adentro del Pabellón, habiéndose escondido el pícaro, entre las enormes cabriadas, que los indios habían levantado para sostener esa techumbre cargada con tejas coloniales.
Los aislados pasajeros del “Carmania” exigieron a los gritos que retiraran al polizón, a lo que se les respondió que ahora el reo también sería abatido si intentaba salir de allí. Varios de los pasajeros viajaban armados, algo común en la época teniendo en cuenta también que algunos tenían grado militar o eran personal de seguridad de funcionarios en viaje. Gracias a estas armas el esbirro fue maniatado y controlado, pero también por esas armas se vivieron escenas cada vez más horribles. Cuando se supo que el preso estaba dentro del Pabellón y siendo esta una clara negligencia de la Comandancia, las relaciones con los familiares y los allegados poderosos de los internados se tensó, por todos estos problemas la Dirección de Sanidad ordenó cerrar la isla, teniendo en cuenta otro brote de viruela. A partir de ese momento los familiares tuvieron que resignarse a recibir informaciones censuradas por los funcionarios, a menos que sobornaran centinelas, cosa que también hicieron.
Con perversidad la peste alargaba los tiempos, cuando ya nadie estaba enfermo habiendo muerto hacía días el último, otra vez aparecían síntomas en otro pasajero, al cual cualquier mosquito podía picar y cargar el violento mal y volver a picar, y mosquitos compatibles no faltaban, con el río en bajante llenando de charcos y lagunas en su retirada, y el calor agobiante cocinando en ellas dulcemente a las larvas de los mosquitos.
Las familias, los políticos y los servicios secretos de los países que tenían importantes viajeros entre los apestados, y como ya le informé, mediante sobornos muy importantes consiguieron que un grupo de centinelas los tuvieran informados de los que ocurría. Los centinelas se acercaban de noche al pabellón y a través de las tablas que cegaban las ventanas, el pasajero del “Carmania” daba un parte diario. Como eran varios los centinelas que diariamente se acercaban a recibir ese parte diario de parte de diferentes representantes de esa curiosa micro sociedad enferma, al juntar y entrecruzar los relatos se puede saber y ver en forma panorámica y a veces contradictoria todo lo ocurrido en el Pabellón de la Muerte. Yo tengo todos los informes duplicados, yo sé todo lo que ocurrió, lo escribiré y lo daré a la luz según convenga, es, desde ahora le informo, un material muy sensible por la calidad de esa Primera Clase de apestados.
Le puedo contar al azar y sin detalles algunos casos escalofriantes como esa Matrona patricia septuagenaria, suegra del Ministro de Agricultura, de esas que viajan con la vaca en la bodega para tener la leche fresca. Esa vieja que entró en delirio por la peste y el láudano y se escapaba del Pabellón, los fusileros la detuvieron con cañas y los familiares la entraron, lo hicieron tres veces, a la cuarta no la buscaron más.
El Oficial a cargo de la Guardia debió cumplir con su deber y ser él quién matara a la apestada, le voló la cabeza a la vieja con el Mauser carabina que usa la marinería. Hoy el pobre hombre, se pudre en la Isla de los Estados, solo y olvidado, haciendo mediciones meteorológicas ridículas y sin sentido. Esa injusticia y otras cosas peores son patrimonio de la Comandancia Naval. Una Comandancia corrupta que fue íntegramente sobornada. Al ver que el Oficial a cargo había sido castigado por cumplir las órdenes que tenía, la comandancia ordenó que mediante un curioso sorteo secreto se formaran las guardias nocturnas y diurnas, siendo los nombres de las oficialidad y de la tropa completamente anónimos, y debían usar unas caretas de lona marinera que los hacía figuras infernales, muy a tono con les tocó vivir.
Es impresionante también el caso de esa viuda joven que volvía de Europa de luna de miel, enamorada, casada con el mejor partido de la aristocracia capitalina, muerto a la salida de la isla de Trinidad, uno de los primeros muertos. Esa belleza codiciada y acosada, perdió el sentido de la realidad en una carrera alcohólica sostenida y propiciada por varios caballeros interesados. Ese rincón donde vivía en el Pabellón, tabicado por altos y costosos muebles se convirtió en un lupanar, una bacanal permanente con la participación de hombres, que a su vez tenían esposas en el lugar o afuera, y que se enteraban por los informes, informes que dieron lugar a arreglos de cuentas entre familias carnales, políticas o diplomáticas durante mucho tiempo.
El enorme Pabellón se convirtió en una pequeña Babel donde convivían padres con hijos con criados, con enemigos, con amantes, con extranjeros y con la peste que de a poco, se iba cobrando víctimas, las cuales embolsadas en enormes bolsas de arpilleras eran arrastradas hasta los hornos crematorios, evitando todo contacto. Porque si bien últimamente se supo que el vector de contagio es el mosquito, los sanitaristas de la isla tienen protocolos estrictos dado que se enfrentan a brotes de pestes distintas al mismo tiempo, justo en ese momento había pasajeros de otro buque con un brote de viruela. Por otro lado hubo, y esto es un secreto, por lo menos un muerto de vómito negro fuera del Pabellón, bueno, digamos que estaba enfermo pero murió de los balazos recibidos ante los primeros signos de la enfermedad. Este muerto tal vez tenga que ver con el crimen del Cristero que luego narraré.
El laberinto de muebles, tabiques, la acumulación de cosas banales que se hacían traer las familias desesperadas, que hasta mascotas se hicieron traer, todas esas cosas al ser diezmada la familia, se acumulaba pero no salía. Nada podía salir salvo los cadáveres, la basura producida por la colonia más rica de América del sur empezó a llenar el espacio alrededor del Pabellón. Cuando alguien moría, los allegados o cualquiera al final, se quedaban con lo querían y el resto se tiraba afuera para lograr más espacio.
Aunque parezca mentira también tuvimos que lidiar con conflicto entre potencias: Inglaterra y Francia tenían miembros de la diplomacia entre los internados y en el caso de Francia, los pasajeros llevaban documentos muy sensibles. Pues es sabido que en estos momentos las dos potencias se están adueñando de África y Oceanía. Ante la intransigencia de los sanitaristas, los documentos no pudieron salir del Pabellón, pero se le permitió a un agente de Francia a que copiara los documentos al dictado del funcionario apestado desde una ventana encortinada. Los franceses temían, como efectivamente pasó, que sus diplomáticos murieran y la documentación cayera en manos de los ingleses, pero al haber extraído toda la información, los documentos fueron quemados. De todas formas, todos desconfiaban de todos y el creciente abuso del alcohol y el láudano empeoraba las relaciones. Salvo para algunos casos puntuales los médicos del Lazareto se acercaron al Pabellón, se les suministraban medicamentos para los síntomas que no tenían casi efecto y el resto eran opiáceos para el aliviar el sufrimiento.
El que pensó que sería el único ganador fue un médico alemán también pasajero del “Carmania” que comenzó a atender y administrar una poderosa botica, cobrando cifras enormes y cada vez más delirantes según se iba sospechando que la historia terminaría mal. Nunca se infectó. Murió degollado pocos días antes del final. Se tomaron muestras de la piel de todos los cadáveres y se descubrió que el eminente Doctor, había descubierto como evitar la picadura de los mosquitos propaladores, se untaba el cuerpo con grasa de cerdo, por eso decían que olía en forma inmunda. Siempre lo supo y nunca lo dijo. Y como atendía a todos y nunca se enfermaba la gente desesperada comenzó a ofrecerle fortunas, y el Doctor aceptaba, y exigía más y luego recetaba tonterías. Varias veces viajaron escribanos para realizar transferencias, los títulos como todo objeto físico si entraba al Pabellón, no volvía a salir. El fuego que al final quemó todo, lo hizo luego de una revisación minuciosa, tengo en mi poder documentos muy peligrosos.
Había, como usted sabe, políticos importantes, sus seguidores los querían sacar a como dé lugar y sus adversarios rezaban porque se murieran de peste vomitando culebras. Personajes imposibles de controlar, uno de ellos recibió cuatro tiros al venir a los gritos sobre la guardia armada.

El crimen del Cristero
Este asunto comenzó con la deliciosa novia y viuda de familia ilustre que nunca nombraré, se lo juro, por las represalias seguras de su familia. Esta mujer borracha y drogada había tenido relaciones sexuales diversas, sostenidas y múltiples, con todos los hombres disponibles en el Pabellón, salvo con el preso que seguía encadenado a una columna del Pabellón. Era ya una loca de atar, caminaba desnuda por todo el Pabellón y varias veces se mostró a los centinelas y les mostraba todo. Salvo la cara porque llevaba siempre puesto, incluso en la intimidad erótica un antifaz negro. Por gusto a la diversión había hecho batir a un duelo con sables a dos gordos hacendados delante de sus familias. Los gordos enamorados terminaron todos tajeados y en manos del Doctor que les cobraba por cada punto de sutura.
Por capricho o por estupidez se obsesionó con el preso y una noche, luego de robar las llaves que guardaba un militar uruguayo, creo que llamado Borges, liberó al preso, que lo era por asesino y demente. Lo liberó y lo invitó a su nido disoluto, donde gozó de él todo lo que quiso, pero para terminar esclavizada por su nuevo amante.
El preso, el “colorado Solanas” como se lo conocía, empezó la guerra al matar de dos pistoletazos al militar uruguayo, lo hizo usando las pistolas de duelo que, el marido ya finado de la enmascarada llevaba siempre encima. Lo mató porque fue el uruguayo el que lo apresó y porque era el único capaz de mantener el orden en el pabellón. Los demás mostraron sus armas y la guardia se acercó a las ventanas. El “colorado” retrocedió prometiendo no generar problemas, cosa que hizo respetando su palabra, pero hizo otra peor: comenzó a prostituir a la aristócrata disoluta.
Todo esto trajo dramas ya no problemas, porque el “colorado” además sedujo a una chica inglesa de 14 años, otros dicen que la violó. Sus padres habían muerto y nadie la salió a defender. Fueron varios días tensos, con todos los internados llenos de terror. Llegando incluso a ahorcarse una actriz, de la cual hay también varias cosas para decir.
Pero cuando mejor la pasaba el preso apestado, una mañana los silbatos de los centinelas avisaron que algo estaba muy mal, en cada esquina del dintel de entrada había una mano clavada y debajo en medio de la puerta, apoyada en el piso estaba la cabeza coronada de espinas del “colorado Solanas”. Que de apestado pasó a decapitado.
El resto de su cuerpo había sido arrastrado dejando huellas llenas de sangre hasta la península de Punta Cañón. Otra vez el Cristero, toda la isla estaba aterrada, ya eran muchas las patrañas que se decían y se creían sobre esta entidad, que algunos remontan al apresamiento, descuartizamiento y posterior almuerzo del descubridor de la isla, a la cual le puso el nombre de su despensero y cocinero: Martín García. Me refiero al adelantado Juan Díaz de Solís. Han existido varios episodios donde supuestamente ese Cristero aparece oportunamente para justificar actos atroces a los interesados en esas muertes. Al “colorado” ese, no le faltaban enemigos, había matado al militar uruguayo que era muy querido, había usado a la viuda ninfómana en contra de todos y muchas cosas más que me reservo y que algún día daré a conocer.
De todas formas todo fue muy raro, pues el único que podía saber de la existencia del Cristero era en mismo finado y si bien esperaron una noche muy especial, pues hubo una tormenta furiosa, es casi imposible que alguien arrastrara un cuerpo mutilado a través del perímetro de cien metros descubiertos sin alarmar a nadie, y luego entre pajonales y monte bajo se abriera camino para llegar a ese lugar, Punta Cañón. Que es el que usan siempre los presos para fugarse por el Canal del Infierno hacia el Uruguay. Es muy raro, salvo que hayan otra vez sobornado centinelas. Hubo un contagiado de vómito negro que fue muerto por prevención, era otro presidiario, pero no se pudo saber si tuvo relación con el “colorado Solanas”. Las manos del mismo quedaron clavadas en la puerta y su hermosa cabeza rodó cuando abrieron las puertas para sacar la bolsa con el siguiente muerto de peste.
EL horroroso final y las cosas más atroces y secretas se las comunicaré en un Epílogo Secreto, que le llegará, mi Teniente Coronel de Marina, por otro conocido de ambos. Usted entenderá todas estas prevenciones cuando conozca los detalles de la última parte de este enloquecido y lúgubre asunto que nos ocupa.
Dibujo y texto literario: Alfredo Benavidez Bedoya.

lunes, 18 de noviembre de 2013

La baldosa de María Elena.


Modelado para altorrelieve escultórico sobre baldosa de terraza: el modelado no está concluido, se realiza un molde para conservar una matriz original para poder sacar con ella presionando la arcilla húmeda otros altorrelieves, y seguir el trabajo. La medalla quedará en el centro de la baldosa, aunque la estructura del molde no le queda nada mal.
Fuente documental: la hermosa fotografía de Sara Facio se descartó porque muestra una María Elena muy joven, aunque me parece que Sara Facio buscó un fuera de foco sutil para disimular las arrugas. Lo pueden comprobar con el Photoshop. El modelo pasó a ser una multitud de fotos de María Elena más viejita, toda redonda con su melena à la garçon.
Autor de la medalla: Alfredo Benavidez Bedoya.

martes, 12 de noviembre de 2013

Micro Monumento a María Elena Walsh.


Boceto preliminar para altorrelieve escultórico sobre baldosa de terraza.
Fuente documental: Fotografía de Sara Facio.
Reflexiones en torno al Monumento, a su necesidad y su pertinencia.
Micro Monumento a María Elena Walsh
1.000 baldosas de terraza.
María Elena Walsh, poetisa, por ser poeta de versos que se escriben con tiza en las paredes sabiendo que nadie los borrará. Por eso y mucho más un monumento a ella es pertinente, un micro monumento en una baldosa de terraza. ¿Y por qué de terraza? Porque ellas se pasan la vida mirando las estrellas desde la terraza y son las únicas que saben si algo anda por ahí volando de noche. Su imagen a partir de una hermosa fotografía de Sara Facio será modelada con la leyenda: “María Elena”. Mediante moldes de yeso esa nueva baldosa con su imagen será multiplicada por 1000 idénticas de la misma pasta cerámica roja.
En el monumento tradicional el sitio es fijo y se impone por su centralidad, ubicación simbólica o altura. Pero hay muchos que no son así. Hay monumentos móviles como las camisetas con la imagen del Che Guevara, las cruces cristianas colgando del cuello o las estatuillas prehistóricas como las Venus portables, que eran pequeñas al ser sus adoradores recolectores nómades.
Este Monumento se propone como un Monumento partido en 1000 pedazos, los cuales serían las baldosas con la imagen de María Elena. Todas las baldosas juntas son el Monumento y todas separadas también lo son. Como casi nadie vive que haya escuchado cantar a María Elena en vivo, podemos afirmar que el resto la conocimos a través de todo tipo de grabaciones en todo tipo de lugares, es por eso que el Monumento a María Elena podría ser nómade, estar en muchos lugares. Y lo más pertinente es que su imagen esté donde falta lo que ella daba: poesía, calidez, inteligencia, belleza, picardía y dulzura. Todo lo que daba era muy grato e inteligente para el mundo infantil.
Creo que la imagen de María Elena, sin ánimo de cargarla de fetichismo sanador, podría servirle al tejido social para señalar el sitio donde algún niño o varios de ellos sufrieron dolor físico o afectivo, o han sido maltratados, abusados o esclavizados. Y no solamente en los hospitales, en los orfanatos y en los hospicios, en todo aquel lugar que amerite una imagen de María Elena por carencia de amor hacia los niños o lo contrario. Las baldosas pueden señalar un lugar trágico donde ocurriera un hecho funesto u otros lugares donde la vida de los niños es placentera. Las baldosas serían incorporadas a las paredes o veredas de los lugares en cuestión y reemplazadas si fueran rotas o robadas. En un momento pensé que se diferenciaran colores de pasta cerámica para señalar lugares donde ocurrieron hechos tristes y otros donde la alegría de los niños está presente o se han hecho cosas buenas por ellos. Pero creo que es mejor señalar los lugares indistintamente para que las cosas malas no se vuelvan a repetir y que, en cambio, se repitan siempre las buenas cosas dirigidas a los niños.
Las baldosas de María Elena serían indicadores para las fuerzas administrativas y políticas de la comunidad para que, alrededor del lugar del hecho nefasto o cerca de esa plaza donde son felices los niños, se deban siempre reforzar la atención social y mejorar los servicios. Un verdadero mapa urbano del dolor infantil a reparar y de la alegría de los niños a destacar. Las baldosas de María Elena serían un imán para lo bueno y un viento furioso para lo malo. Las baldosas de María Elena se podrían fijar: en el medio de la villa miseria donde fue abusada una niña o en medio de la calle donde un auto mató a un niño. En el medio de la plaza arbolada o en la vereda donde estaciona el pochoclero su bicicleta vidriada. En las calesitas y en las hamacas. En las escuelas primarias y en los hospitales de niños. En la morgue donde también los niños están desnudos y helados. En los parques de diversiones y en los paseos, en los cajones de arena y en los peloteros. En la calle donde duermen y en el basurero que revuelven. En el orfanato habría que hacer una rayuela con las baldosas de María Elena. Donde salten, donde mueran, donde rían, donde estudien, donde lloren, donde canten, donde sufran, donde jueguen, donde sean felices o desgraciados. Donde jueguen fútbol o salten a la soga, o con patines, o lo que sea que los vuelva elásticos. Para determinar los lugares podría convocarse a las ONG, como “La alameda” que demuestran en el terreno que son capaces de dar como daba María Elena.
Todo esto si el Monumento se impone como monumento público, pero si el monumento queda en el ámbito privado, puede encargarse una baldosa numerada de 1 a 1.000 e instalar el micro monumento en un sitio privado. Les sugiero que pongan una baldosa en el fondo de la pileta, para que María Elena disfrute al ver los niños jugar en el agua desde abajo y para que les avise a los padres si alguno corre peligro de ahogarse.
Reflexión y dibujo: Alfredo Benavidez Bedoya.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Los papeles de mi abuela y un Smith y Wesson Calibre 32.


“Sandwich calibre 32”
Grabado en linóleo.
Mi abuela Susana Ferrer de Benavidez y mi padre.
Fotografía sobre cristal emulsionado.
Colección familiar.
Las imágenes originales de los poemas de Álvaro Melián Lafinur y Alfonsina Storni dedicados a mi abuela y el acróstico por ella escrito a Estela Erfjord de Borges están en el sitio: www.laminicatedra.blogspot.com
Los papeles de mi abuela y un Smith y Wesson Calibre 32.
Borges, Álvaro Melián Lafinur, mi abuela y la isla Martín García.
Dentro de los trazos de vida y las trayectorias derivadas a partir de la Isla Martín García, lugar donde comenzó la amistad con los Borges por parte de mi abuela y su hermano, es de hacer notar que el tío de Borges, Álvaro Melián Lafinur, trató de enamorar a mi abuela Susana Ferrer de Benavidez, como lo delata el poema que le dedica. Álvaro Melián Lafinur tenía sólo 10 años más que Jorge Luis Borges y si bien tenía categoría de tío, resultó ser un hermano iniciático que lo metió en el submundo de los bajos
fondos. Lafinur era un poeta romántico, ensayista, periodista, bohemio, alcohólico, fiestero y encima tanguero. Borges reconoce que en esa época pudo haber quedado alcohólico; pero en realidad, mal, seguramente no la pasó. En el cuento “El otro” del Libro de arena, cuando Borges se encuentra consigo mismo pero más joven, el otro se manifiesta a través de Álvaro Melián Lafinur: “El otro se había puesto a silbar. Fue entonces cuando ocurrió la primera de las muchas zozobras de esa mañana. Lo que silbaba, lo que trataba de silbar (nunca fui muy entonado), era el estilo criollo de La tapera de Elías Regules. El estilo me retrajo a un patio, que ha desaparecido, y a la memoria de Álvaro Melián Lafinur, que hace tantos años ha muerto. Luego vinieron las palabras. Eran las de la décima del principio. La voz no era la de Álvaro. Pero quería parecerse a la de Álvaro. La reconocí con horror.”
La décima que Borges menciona, es la siguiente:
“Entre los pastos tirada
Como una prenda perdida
En el silencio escondida
Como caricia robada
completamente rodeada
Por el cardo y la flechilla
Que como larga golilla
Van bajando la ladera,
Está una triste tapera
Descansando en la cuchilla”.
Elías Regules.
Mi abuela conoció a los Borges en 1911, porque su hermano el Capitán de Fragata Vicente Ferrer era oficial del Comandante Francisco Borges, fue cuando Jorge Luis pasó el verano en la isla Martín García. Como seguramente toda la familia aunque hayan sido unos pocos días, incluído el galán poeta que en 1913 le dedica a mi abuela el siguiente poema inflamado de deseo:
“A Susana Ferrer.
Rosa roja que su grana
ostenta al sol en la aurora,
golondrina viajadora
que emprende su vuelo, ufana.
Así tu, dulce Susana
surges a la vida, airosa,
y así, por buena y hermosa.
En un sendero triunfal,
has de ir hacia el ideal
¡que sueña tu alma radiosa¡
Álvaro Melián Lafinur. Febrero de 1913
Tal vez en Martín García. El poema figura en su álbum o carnet particular, donde le declararon su amor varios más, todos mediante poemas. Incluso figura mi abuelo tres años antes que Melián Lafinur. Al pobre lo dejó esperando varios años más. También figura un poema de una mujer: Alfonsina Storni. Otra feminista militante, enemiga de Borges en las lides poéticas, madre soltera desde muy joven y sin otro amor, aunque dicen que hubo algo con Horacio Quiroga.
Como ven Lafinur trata a mi abuela de “radiosa”, tal vez por verle surgir rayos de deliciosa hermosura carnal de su fémina figura, figura seguro bella y grácil con Premio ya ganado. Tuvo el Segundo Premio de Belleza Infantil siendo niña, (Hoy si se hace un Concurso de ese tipo se podría capturar a todos los pedófilos juntos) y por eso fue tomada como modelo para la niña que está junto a Sarmiento, en el monumento realizado para San Juan por el escultor Víctor de Pol. Reina de belleza, Lafinur no la iba a dejar pasar. También habla de alcanzar el Ideal, algo que Susana decía compartir con Estela Erfjord de Borges. El Ideal?.
Susana Ferrer Gay (de segundo apellido Gay) era hermosa, cortejada por poetas, ella misma se dedicó a las letras, estudió y se tituló en la primera promoción de mujeres
de la carrera de Profesora de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Feminista y emprendedora, como Directora de la Comisión Cooperadora de la Escuela Pública Nro.: 9 fue la primera en aplicar la “copa de leche” en esa Escuela, aunque creo que ya se aplicaba. Poetisa de infinitos versos románticos desfallecientes, con deprimentes sensaciones, de amores no gozados, de rimas obligatorias, de almas errantes en pos de esto o aquello otro. Poeta romántica mi abuela que, mientras Melián Lafinur le escribía su soneto radioso, ella le escribía un acróstico a Estela Erfjord de Borges, la esposa noruega del primo de Lafinur, el Capitán Francisco Borges. Un acróstico es un poema que tiene un secreto: si se leen las primeras letras de cada verso se sabe a quién está dedicado o encierra otro mensaje. En el caso de mi abuela escribió un acróstico a Estela Erfjord de Borges, tía política del escritor Jorge Luis:
“Acróstico a Estela E. de Borges.
Es tu nombre Estela, las estelas diamantinas
Son topacios engarzados en el oro de Estambul
Tu alma tiene los reflejos de las luces vespertinas
En la hora de la tarde en que se envuelve en áureo tul.

Las estrofas que me inspiras, cual si fuera nívea rosa,
A quién debes creer emblema, del más puro sentimiento.
E.s remedo a lo más sencillo de tu alma bondadosa,
D.onde anida la pureza de tu ingenuo pensamiento.

Busca en todas otra alma cual la mía que es tu hermana
Ora sea en el afecto o en idéntico Ideal,
Reconozco que no tengo tu belleza soberana
Gracia alguna que a la tuya en bondades sea igual
El cariño que nos une y del alma puro emana
Sea lazo indisoluble en el Valle Terrenal”.
Susana Rosa Ferrer Gay. Subrayado: Estela E. d. Borges = Estela Erfjord de Borges.
Jorge Luis Borges en el Libro de Arena, en el cuento : “El Congreso”, crea un personaje con el nombre y el segundo apellido de una amada pariente. La sobrina carnal: Nora Lange Erfjord de su tía política: Estela Erfjord de Borges. La mujer que crea, Nora Erfjord es noruega, hermosa, feminista, seguidora de Ibsen, sexualmente libre, poeta, intelectualmente capaz. Este tipo de mujer aparece mucho en los cuentos de Borges, Jorge Luis estuvo enamorado su prima lejana. Nora Lange Erfjord que fue su amante y su amor seguro hasta que lo perdió con su rival poético: Oliverio Girondo, otro amigo de mi abuela. De familia emparentada con los Arenales y los Uriburu, poeta surrealista, bohemio, viajado, educado en Europa, sedujo a Nora Lange, se la quitó a Borges y al mes se fue a Europa dejando desesperada a la musa de los modernos, ella resistió los avances de Borges y se terminó casando con Oliverio Girondo 15 años después y vivió con él toda su vida. También Borges la señala en el cuento “Tlön, Uqbar, Orbis. Tertius”, el llamado Gunnar Erfjord se llama así por ser una combinación de los apellidos de Nora Lange: Gunnar Lange y Berta Erfjord.
Algo complicada la cópula a principios del siglo XX, ¿ no?. En ese álbum secreto de amores declarados hay un poema que le escribe Alfonsina Storni a mi abuela, al conocerla:
“A una desconocida.
¿Tendrán tus ojos palideces negras?
¿Tendrán tus manos suavidad de lirio?
¿Y tus cabellos serán rubios, como
las espigas pletóricas del trigo?
Será tu alma abismo pavoroso?
Tristeza de laúd, piedad de nido,
llamarada de sol, chispa de fuego
o la inocencia y suavidad del niño?
Yo no lo sé, pero mi verso inquieto,
quiere saber que encierra tu albedrío.
Por eso llega al álbum donde tejen
estas mis rimas, palidez de cirio.”
Alfonsina Storni. 6 de marzo de 1916.
Alfonsina fue maltratada por Borges que la llamó “comadrita”, queriendo designar a las inmigrantes que llenaban los conventillos. Era una mujer inteligente, madre soltera, trabajadora, feminista militante, nacida en la Suiza italiana, que había llegado a los cuatro años y se sentía argentina. Y los escritores criollos reaccionaron mal con los cultos inmigrantes, en las artes plásticas pasó lo mismo, llegaron miles de artesanos y artistas italianos que ocuparon para siempre gran parte de la escena. Dicen que fue amante de Horacio Quiroga, cuando él se suicidó, Alfonsina Storni leyó en su entierro:
“Morir como tú, Horacio, en tus cabales,
y así como en tus cuentos, no está mal.
Un rayo a tiempo y se acabó la feria…
Allá dirán.
Más pudre el miedo que la muerte
que a las espaldas va.”
Alfonsina Storni. Poco tiempo después Alfonsina también se suicidaba.
A Borges le gustaban las inmigrantes sajonas o nórdicas, como su abuela o como su tía política Estela Erfjord de Borges, que tenía una maravillosa sobrina que se fue con ese ruin de Oliverio. Un Federico Peralta Ramos de la época. Al final mi abuela se casó con el que inauguró ese álbum declarativo. Mi abuelo Alfredo Lucio Benavidez Racedo, el “Tuerto” Benavidez, que le escribió un poema en 1909 muy lindo pero que no transcribo porque creo que no es de él, que habrá pagado unos pesos por él, digo. Mi abuelo era ladero del Peludo Yrigoyen y habían peleado a los tiros con sus hermanos en la Revolución del Parque, un hermano de él, fue herido, era oficial del ejército y se lo dio de baja, como al tío de Borges, Francisco Borges, que era oficial de Marina y se tuvo que exilar en Uruguay, algo nada difícil dado que la familia es de allá.
Cuando ganó Yrigoyen, mi abuelo fue Secretario de Aduanas y su hermano Arturo Secretario General de la Presidencia. Cuando lo echaron los militares a Yrigoyen los dos hermanos terminaron en la cárcel del Fin del Mundo, de la cual volvieron al año y medio. Eran gente brava, pero la Década Infame fue demasiado, todo esto hizo que la familia declinara y cuando nací éramos casi pobres dentro de un caserón. Al Tuerto le decían eso porque lo era, su madre Desideria Racedo, hermana del General Racedo, (que está junto a Roca en el billete de 100 pesos) encargó a la farmacia, a la botica, que prepararan un colirio para el niño, el dependiente se equivocó de compuesto y agregó un ácido. La dulce madre recibió el colirio en su casa y ella misma le quemó el ojito a su bebé, imaginen lo que habrá hecho con el dependiente el tío General y Ministro de Guerra.
Mi abuelo, siempre usó un ojo de vidrio, se lo ponía de mañana y lo dejaba de noche en un recipiente macizo de vidrio que conservo. Al ojo lo vi cuando era chico, ahora lo ando buscando por la enorme casa, mi padre vive pero no se acuerda dónde está ese ojo de vidrio que habrá visto tantas cosas. Del tuerto Benavidez no conservo papeles poéticos como ocurre con mi abuela, conservo un Smith y Wesson calibre 32 de la década del treinta, que le dio un amigo para que lo escondiera porque tenía un muerto encima. Es el revólver que dibujé para el grabado que está en la portada del libro que reúne gran parte de mi obra gráfica y cuya imagen antecede a esta reseña. Vaya a saber a quién habrán estado matando en la década del treinta.
Reseña y grabado: Alfredo Benavidez Bedoya.

Documentos de mi abuela.


Poema dedicado a mi abuela por Alfonsina Storni.
Poema dedicado a mi abuela por Álvaro Melián Lafinur.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Bocetos para cabezas escultóricas.


Primeros bocetos para la realización de dos cabezas escultóricas, las de mis hijos Miranda María de la O (12) y Cecilio Laureano (9).Autor: Alfredo Benavidez Bedoya.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Final. El bastón del tordo. Micro Monumento a Borges.


Micro Monumento a Jorge Luis Borges.
El Bastón del Tordo
(tiene un verso nuevo y clave)
Tordo.
Sos negro sos azul.
Sos un pájaro dormido
que nos trae la noche
y opaca el mediodía.
Tordo.
Sos negro sos azul.
Sos primo del cuervo
el ave Poe.
Y el único pájaro sos
al que no lo comen
los negros gatos.
Negro tordo casi azul.
Todos te temen
temen al negro Mal.
Tordo.
Sos negro sos azul.
y posado en el bastón
de un ciego sos.
La noche, la penumbra,
en donde vive
quién te imagina,
al usar su bastón.
El bastón del tordo.
Tordo por doctor
doctor en letras
en letras docto.
Embastonado
y emparentado
con el Tordo.
Sos negro sos azul.
Pájaro de mal agüero.
Agüero destino negro
renegrido azul.
Sos la muerte.
Eso sos.
Tordo.
Alfredo Benavidez Bedoya.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Elaboración del Bastón del Tordo.


Elaboración del Bastón del Tordo
Tordo.
Sos negro sos azul.
Sos un pájaro dormido
que nos trae la noche
y opaca el mediodía.
Tordo.
Sos negro sos azul.
Sos primo del cuervo.
Y el único pájaro sos
al que no lo comen
los negros gatos.
Negro tordo casi azul.
Todos te temen
temen al negro Mal.
Tordo.
Sos negro sos azul.
y posado en el bastón
de un ciego sos.
La noche, la penumbra,
en donde vive
quién te imagina,
al usar su bastón.
El bastón del tordo.
Tordo por doctor
doctor en letras
en letras docto.
Embastonado
y emparentado
con el Tordo.
Sos negro sos azul.
Pájaro de mal agüero.
Agüero destino negro
renegrido azul.
Sos la muerte.
Eso sos.
Tordo.
Alfredo Benavidez Bedoya.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Micro Monumento a Jorge Luis Borges.



Boceto preliminar
Reflexiones en torno al Monumento, a su necesidad y su pertinencia.
Micro Monumento a Jorge Luis Borges
Bastón de ébano, baldosas de terraza, chapa de cobre grabada al ácido. Tordo renegrido.

Por ser uno de los escritores más importantes del Siglo XX, con Proust y con Kafka, los mejores. Borges merece su monumento en nuestro país. El Che Guevara era un prócer sin monumento de izquierda y Borges lo es de derecha, toda una estupidez eso, porque la permanencia en la memoria ambos lo tienen asegurada. Sean, según nosotros, de izquierda o de derecha, la memoria la tienen asegurada por derecho propio, por haber dejado una cicatriz en la historia política o literaria. Sólo dejando cicatrices se accede a la memoria, y esto es así también para los malvados, como Hitler o Eróstrato que para pasar a la Historia quemó un templo griego de mármol pentélico (el mármol es carbonato de calcio y fusiona a 900 grados centígrados), el Templo de Diana en Éfeso. Bajo tortura confesó que lo había hecho sólo por la fama, ya que era un simple pastor intrascendente. Ante el horror de esa confesión se prohibió en Grecia que alguien llevase su nombre, se prohibió su nombre (otra vez el nombre) para que el incendiario fuera olvidado. Algo que no lograron, a juzgar porque aún lo recordamos en estas reflexiones en torno al Monumento, a su necesidad y pertinencia. Borges es pertinente, es por eso y por razones familiares que presento este Micro Monumento a J. L. Borges. En primer lugar quiero señalar que el tordo renegrido ( Molothrus bonaerensis) es un hermoso pájaro de un negro azulado conveniente para representar a Borges, por ser en su aspecto parecido al cuervo que obsesionaba
a Edgar Allan Poe, autor de culto para Borges. También porque es probable que fueran tordos los que vio Borges para exponer su Argumentum ornithologicum:
“Cierro los ojos y veo una bandada de pájaros. La visión dura un segundo o acaso menos; no sé cuántos pájaros vi. ¿Era definido o indefinido su número? El problema involucra el de la existencia de Dios. Si Dios existe, el número es definido, porque Dios sabe cuántos pájaros vi. Si Dios no existe, el número es indefinido, porque nadie pudo llevar la cuenta. En tal caso, vi menos de diez pájaros (digamos) y más de uno, pero no vi nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres o dos. Vi un número entre diez y uno, que no es nueve, ocho, siete, seis, cinco, etcétera. Ese número entero es inconcebible; ergo, Dios existe.”
Borges, Argumentum ornithologicum. Lo que quiere decir es que si existe un número inconcebible para nosotros, es porque existe Dios, que es quién sólo lo puede concebir. Este poema es importante porque trata sobre la existencia de Dios y la comprueba un agnóstico por la vía pitagórica. Pero yo quiero usar un solo pájaro, un solo Tordo renegrido, porque tengo la teoría de que Borges al cerrar los ojos y ver esos pájaros, vio solamente uno que le apareció corrido y superpuesto a sí mismo, por efecto de sus ojos cansados y de la intensidad de la reflexión metafísica. Teoría mía que no quiere decir que no exista Dios, solamente insinúa que sigue siendo uno, si es que existe. En segundo lugar me permito afirmar que el bastón también es un objeto que representa a Borges, todos lo hemos visto con todo tipo de bastones incluido el de ciego. El bastón que voy a usar es un bastón de ébano con adornos de plata de mi tío abuelo Vicente Ferrer, amigo de los Borges. Bastón que seguramente estuvo en casa del escritor, siendo él un adolescente, antes de viajar a Europa. Tiene el objeto cierta “pertenencia”, por haber compartido un lugar físico y un tiempo en forma simultánea y en forma indudable, no en forma incierta como la bandada de pájaros que vio al cerrar sus ojos, Borges. El original está siendo realizado, entonces, con un bastón de ébano y el tordo posado, siendo modelado mediante resina EPOXI. Este original que se mostrará en la foto será duplicado por diez, en bronce, numerados, firmados y certificados. Los bastones de bronce serán fijados embutiendo la punta en dos baldosas de terraza. Deben ser baldosas de terraza porque ellas pasan la vida mirando las estrellas, y deben ser dos superpuestas para dar mayor fortaleza a la base. En estos diez Micro Monumentos a Jorge Luis Borges, además del bastón y la baldosa, se entregará una plancha de cobre con el Argumentum Ornithologicum grabado al ácido y caligrafiado por quién está reflexionando en este momento, en torno al Monumento, a su necesidad y a su pertinencia. Estos Micro Monumento se realizarán “ à la demande”, según se vayan encargando, ya sea a mí o a mis herederos, cuando esté yo ya esperando mmonumento, aunque sea Micro. Si el culto a este Micro Monumento se extendiera y se reclamara su evolución a Macro Monumento para la esfera pública, sugiero una dimensión como la indica, la comparación con un hipotético Borges mirando su propio monumento, en este boceto preliminar que se presenta y que ilustra estas reflexiones.
Reflexión y dibujo: Alfredo Benavidez Bedoya.