El HMS Beagle y el Megaterio.
Dibujos a la Carta. Dibujo al grafito sobre Carta Náutica. Edición de 1927.
Cartógrafo: F. Vellaio.
Medidas: 34 cm x 30 cm.
Autor: Alfredo Benavidez Bedoya. 2017.
En 1832 el Bergantín- Goleta HMS Beagle, al mando de Robert Fitz
Roy (29 años) y llevando al joven Carlos Darwin abordo (23 años) llegó hasta
Carmen de Patagones y no siendo estación propicia por los vientos, volvió de
recalada al norte hasta Bahía Blanca. La ciudad no existía aún y había
solamente un Fuerte Militar que era atacado periódicamente por los indios del
sur. Allí pasó una temporada de varios meses. Darwin desembarcó y ya en las
inmediaciones, en Punta Alta, lugar que se destacaba por ser unas barrancas con
un médano encima, encontró restos fósiles del Megaterio y otros animales.
El Megaterio (en griego: Gran bestia), perezoso gigante de
Sudamérica fue encontrado por primera vez en Luján en 1788, por el Fraile
Manuel Torres. El esqueleto fue armado y enviado a la Corona, que lo expuso
ante toda Europa. Fue famoso al ser tomado como ejemplo por los sabios
franceses influyentes en la época. Era igual a los actuales perezosos pero
gigante, era el perezoso argentino, el Ser Nacional en su esencia Fósil. Medía
como una casa de dos pisos, caminaba con los pies y manos torcidos debido al
tamaño de sus garras, se apoyaba en sus patas y en su cola contra los árboles y
les comía toda la copa, siendo casi seguro que su pedorrea era notable y
florida. Debe ser por eso que en la pampa no había árboles al llegar los
hispanos, salvo el ombú que, al no tener un tronco diferenciado pudo evitar
seguramente, al depredador perezoso. Muy ecológico lo suyo, Megaterium.
En esta ocasión también Darwin conoció al Restaurador de las
Leyes y las Reglas de sus mujeres, la bruja Encarnación y Manuelita, la presa
incestuosa. Hablo por supuesto de Don Juan Manuel de Rosas, de él y de su
ejército exterminador de indios, Darwin dirá cosas muy pintorescas en sus
Diarios. El inglés luego cruzó toda la provincia para pasar unas semanas en
Buenos Aires, en casa de su amigo Eduardo Lumb Poynton, casado con Elizabeth
Yates. Volviendo por tierra otra vez para luego embarcarse y dar la vuelta al
mundo en un viaje de cinco años.
“Darwin y la Patagonia” Armando Braun Menéndez. Conferencia en
el Jockey Club. 1972. Otras fuentes.
Reseña y Dibujo: Alfredo Benavidez Bedoya.