miércoles, 23 de agosto de 2017

Grabado en linóleo de Fermín Eguía.



Grabado en linóleo de Fermín Eguía. Medidas: 10 cm x 10 cm.
Gato de pícara mirada tallado por Fermín con gran destreza. Menos mal que no se dedicó al grabado.

Alfredo Benavidez Bedoya.

lunes, 14 de agosto de 2017

El puente erecto de Príapo y los ojos de las náyades.


El puente erecto de Príapo y los ojos de las náyades.
Metamorphosis. Ovidio.
Príapo era un Dios griego menor, que según algunas fuentes era hijo de Dionisio y una náyade. Príapo es representado siempre con un enorme pene erecto y así se lo puede ver en una pintura pompeyana donde pesa su gran miembro con una balanza. Este genitalismo es pertinente ya que se lo considera un Dios de las cosechas, protector de los huertos y jardines. Es una figura asociada a la multiplicación y en el mundo romano se le tuvo muy en cuenta y representaciones de Príapo aparecieron mucho en las granjas y huertos, ya que se creía en él hasta para ahuyentar a los ladrones. Era muy popular pero por su grotesco pene era motivo también de burlas y la curia destinaba los sacerdotes más incultos y ordinarios para dirigir sus ritos.
El bosque es el lugar de Príapo y el arroyo de las náyades. Las náyades eran las ninfas de los ríos, arroyos y pozos de agua. Eran deidades menores y como tales las ninfas podían engendrar dioses. Deidades vinculadas a los lugares donde la naturaleza se manifiesta, hay ninfas de los árboles, de las grutas, de las montañas, de las aguas y de muchas otras cosas. Las náyades, como bebían en los manantiales se las creía dadoras del don de la poesía, al beber luego los hombres las mismas aguas. Eran también dadoras de vida al poblar ellas las aguas que eran necesarias para todos los seres vivos.

Dibujo y reseña: Alfredo Benavidez Bedoya. 2017.