miércoles, 11 de septiembre de 2013

Con la bodega llena de indios.


Foto: Vapor “Santa Rosa” buque que transportó indios y sirvió a la Marina
como Buque Escuela para formar indios marineros. Aquí aparece atracado
a un puente precario que podría ser en la isla Martín García.

Este relato anónimo, rescatado por los investigadores,
tiene tanta poesía que lo repito en forma textual:
corresponde al momento en que una tribu parte el destierro para siempre,
dejando la Patagonia al abordar el vapor Villarino en viaje a Buenos Aires
en Julio de 1883,el relato proviene de un civil que vio la llegada de la
prisionera tribu de Orkeke, Olkeke, o Ólkelkkénk:
“Luego se vio bajar por las alturas y montañas a cuyo respaldo están
las ruinas, una multitud de indios que venían a caballos cantando o
rezando en alta voz, de un modo particular por la monotonía de la
música y la extrañeza del lenguaje. Eran 17 varones y 37 más entre
mujeres y niños, indios que componían la parcialidad del cacique
y que tenían levantados siete toldos a 15 leguas de Deseado. Algunos
venían con las caras pintadas en fajas, que corrían sobre las cejas y
formaban un óvalo bajando por los carrillos hasta terminar en el
mentón. Llamaron desde luego mi atención la uniformidad del traje,
la resignación que todos manifestaban, el semblante de bondad en
los varones, cierta altanería en las mujeres, y sobre todo, el canto
monótono y plañidero de la multitud que repetía:
LE QUENEQUE YAQUE DE YA,LE YU,LE YU, QUELELÓ.
Canto triste que repitieron al despedirse de aquellas costas, y que
me conmovió hasta el extremo de verter lágrimas de conmiseración,
trayéndome a la memoria el recuerdo de los Israelitas cuando
marchaban al cautiverio” (Larrain, Viajes del Villarino),
Consultar El Museo del Bicho.
Autor de la reseña y de los dibujos:
Benavidez Bedoya.