viernes, 2 de mayo de 2014

La Bruja trenzada.


“La Bruja trenzada”. Objeto artístico seriado. 1/10.
Las Ediciones del año Verde lanzan al mercado la edición de 10 escobas de tamaño real, trenzadas a mano y teñidas con betún de Judea; en ellas se usan (un clásico de la editorial) los precintos eléctricos para sostener las trenzas, y llevan título, firma y justificación de tiraje, todos pirograbados por el Autor. Las escobas serán carísimas y a pagar en dólares americanos. La Bruja trenzada es una idea moderna y original para las viejas acechanzas.
Estas escobas constituyen lo que se llama filacterias, palabra derivada del griego “phylakterion” que quiere decir: protección, amuleto. Si bien las brujas y brujos eran los que producían filacterias en comunión con el “Pequeño Maestro” y eran quemados por ello, había también filacterias de protección genuina como las piedras preciosas y semipreciosas, porque se creía que eran pocas, porque su creación divina había sido algo especial, arduo y limitado. A las piedras se le grababan motivos para dirigir la potencia de ellas hacia un fin deseado. Había piedras que servían para una sola cosa, otras para muchas. Los amuletos eran innumerables y las figuras de cera atormentadas buscando dañar a otro, las más incriminantes para los inquisidores. Los amuletos o filacterias están presentes en todas las culturas y religiones. En este caso las escobas son filacterias para la protección de las brujas, por eso están trenzadas con siete trenzas. Este es un descubrimiento de nuestros ocultistas, ¿Por qué el número 7? Porque el 7 es el número del Orden completo. Es el período o ciclo. Es la suma del ternario más el cuaternario, por eso su excepcional importancia y por eso contiene todas las direcciones: el arriba y el abajo, los cuatro puntos cardinales, más el centro. Las siete trenzas anulan el poder de la bruja al controlar sus trenzas, las cuales nunca debe el cliente desatar, cosa difícil por los precintos y la cola de carpintero que le puse a la paja, por las dudas. Se recomienda colgar la escoba cerca de la puerta de entrada a la morada, pues la filacteria actuará sobre las brujas que la atraviesen, anulando sus poderes y devolviéndoselos a la salida. Porque tampoco se trata de interrumpir la circulación del Mal, a ver si nos cagan a patadas. Sobre las brujas todos sabemos algo, y aunque no creo que existan, fíjense lo que aconsejaban las muy turras a las mujeres olvidadas carnalmente por sus maridos. Les decían que atraparan un pez y vivo todavía se lo introdujeran en la vagina, para que se asfixiara adentro. Luego, ya finado el pescado, la esposa lo debía freír o preparar al horno con gran esmero y dárselo de comer a su marido, con la seguridad de que después de la cena, el hombre se le echaría encima¡¡¡ si no eran brujas ésas, entonces eran unas flores de hijas de puta, no?. Esto se sabe porque era una pregunta que los curas hacían en los penitenciarios, lista de pregumntas para hacer enla confesión. Bueno para conocer todo esto, hay autores formidables: Jacques Le Goff (que acaba de morir), G. Duby, Fumagalli y tantos otros. Ahora está en las librerías un volumen de la Editorial del Ateneo estupendo: Las supersticiones de la Edad Media de Jean Verdon. Lo recomiendo pues además de históricamente erudito es muy ameno. La caza de brujas a mi entender fue un genocidio de género para sojuzgar a las mujeres dentro de la trama familiar cristiana.
Las brujas se desplazaban en palos de escoba según muchos testimonios desde muy antiguo, y con el palo entre las piernas volaban al aquelarre. “ Antonia declaró también que realmente se desplazaba montada en un palo. En general, era una rama de avellano de un pie y medio, embadurnado con un ungüento, que las brujas escondían en la cama o en un agujero de la pared. La sinagoga (pues usaban ese término para designar al aquelarre) se desarrollaba de noche y terminaba cuando cantaba el gallo” (Jean Verdon”. Antonio Escohotado en su Historia General de las drogas agrega otro datos: “El vulgo cree, y las brujas confiesan, que en ciertos días y noches untan un palo y lo montan para llegar a un lugar determinado, o bien se untan ellas mismas bajo los brazos y en otros lugares donde crece vello”. El autor señala que la preparación de pomadas para la activación sexual, estaba dentro del paradigma del aquelarre y de las actividades de las brujas, y puede que los vuelos en escoba fueran ilusiones psicotrópicas inducidas por las drogas administradas por la vagina, o sea en tejido receptivo. Lo sexual está muy presente en la figura de la bruja pues intervenían en la unión y desunión de las parejas con sus filtros amorosos y potenciaban la fertilidad o la impedían. Cuántas mujeres que yo conozco usarían esos misteriosos ungüentos¡¡¡¡¡La farmacopea de las brujas era enorme, pero como drogas de cabecera tenían el opio, la belladona, el beleño y la mandrágora. Esta última se la consideraba casi diabólica al tener su tubérculo forma algo humana, pensaban que las mandrágoras se desenterraban de noche y caminando se cambiaban de lugar. Solían salir a cazar mandrágoras con perros de noche. Y para terminar con la ficha editorial vayan estos versos de Martín Franc escritos para “El campeón de las damas” en 1440:
Sobre un palo se iba
A ver la sinagoga puta.
Diez mil viejas en pandilla
Casi siempre allí había
Ya en forma de gato
O de chivo macho cabrío
Veían al Diablo exactamente
Y en señal de obediencia
al culo
se lo besaban francamente.
El personal del Departamento de Artes Ocultas de las Ediciones del Año Verde, me acaba de informar que ya están capacitados para lograr filacterias, o sea, amuletos de protección de otros tipos: filacterias anticomunistas, filacterias anticapitalistas, antiperonistas y hasta filacterias universalistas que protegen contra todo tipo de alimañas. Los grupos interesados en estas filacterias deben comunicarse en forma privada, para impedir que otros logren antes filacterias que anulen los poderes de las nuestras. Como curiosidad y para mostrar lo difícil que es fabricar estas filacterias, valga el caso de las filacterias o amuletos anticomunistas, que deben ser elaboradas con residuos carnales, pelos, uñas o fluidos, como la saliva y otras porquerías de sujetos declarados troskystas. Por ser éstos los que más odian a los comunistas, al ser ellos los sufridos heterodoxos con respecto a los conocidos ortodoxos soviéticos los cuales les mataron su Pequeño maestro, ortodoxos soviéticos hoy devenidos putines nada más. Le voy a tener que pedir a un amigo troskysta que me guarde pelo y uñas suyas. Par las filacterias anticapitalista es igual, hay que usar residuos de otro capitalista pero de la competencia, el enemigo principal es el más cercano, el vecino que molesta y que nos pone nuestro límite.
Escobero Mayor: Alfredo Benavidez Bedoya.