lunes, 13 de julio de 2015

Teoría del artista. Esclavo paisajista mecanizado.

Teoría del artista. “Esclavo paisajista mecanizado”. Grabado en linóleo. Medidas: 41 cm x 30 cm. 2015.
Esclavo paisajista mecanizado, cumpliendo su estética y topográfica tarea, mientras un odioso palomo trata de cagarle sus detritus sobre la pelada de artista. Teoría que dice que la aparente libertad de hábitos del artista, la libertad de opinión, de maneras y desempeños que se le tolera, es en realidad un premio por su cautividad social. El artista no es libre en realidad según esta Teoría, es un cautivo social producto de una enorme selección que se pone en marcha en el camino desde el taller a la Escuela de Bellas Artes, de allí al Salón nacional, luego a la Galería de Arte y por fin al Museo, como ya se desarrollara en el libro “El Museo del Bicho”, selección en la cual se arruinan muchos aspirantes a la vida artística, vida que se les queda y se les va en formar a otros miles de sacrificados aspirantes a lo mismo. Todos de todas formas contribuyen a dibujar el mundo como se verá más adelante.
Los artistas son adiestrados de a miles y miles, solamente para elegir luego a unos pocos para el Museo, despreciando el esfuerzo en vano de los demás. Es por tanto el artista, según esta teoría, un esclavo especializado en buscar rupturas o enlaces metafóricos nuevos, para colocarlos como baldosas, sobre las cuales viene marchando la especie. Con certeza y sentido hay destino, eso es en el fondo, el combustible para seguir adelante.
O sea que la cautividad social del artista se premia con una libertad y comprensión hacia las excentricidades y excesos, siempre y cuando se tenga una contraprestación artística que conlleve un esmalte de sentido para cubrir como una manta la vida de la comunidad. Sea para que la duerma o para que la despierte y alarme, según la conveniencia de la especie, según el momento y la oportunidad.
La Teoría nos muestra al artista obteniendo información simbólica precisa sobre el Lugar donde actúa la especie. Especie recolectora con aparato de visión para ver con nitidez un cono frontal de 40 grados, con un sector de visión periférica que permite recolectar frutos o cazar pequeños animales, huyendo en lo posible de los demás. También para huir es un aparato adecuado de visión, siempre que se controle el miedo y no se mire hacia atrás. Los artistas dibujan el mundo entero y no solamente sobre papel, desde el espacio, desde una foto satelital todos pueden ver a Holanda ya completamente dibujada. Las ciudades y pueblos, las auto rutas y los trenes, los campos cultivados, las formas que controlan las aguas, las distribuciones en redes con dibujos de laberinto, el reino de la agrimensura. Todo lo agreste acotado y conservado, lo natural, antes motivo de paisaje bucólico es hoy la excepción, lo que antes era silvestre los jardineros del mundo lo han domesticado.
La geometría natural se va simplificando y sintetizando y optimizando y seleccionando, al dibujarla y volver a dibujarla en un lugar visitado y domesticado, el Domus de la especie dibujado por el artista esclavo, todo está claro, todo es conocido, nada es peligroso. Pero, a ver, lo que realmente no me queda claro es por qué el palomo, ave canora esposo de la paloma olímpica prenda de paz, trata de cagar sus detritus, sobre la noble calvicie del paisajista esclavo.


Teoría y grabado: Alfredo Benavidez Bedoya.

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