sábado, 28 de enero de 2017

El HMS Beagle y el Megaterio.


El HMS Beagle y el Megaterio. Dibujos a la Carta. Dibujo al grafito sobre Carta Náutica. Edición de 1927. Cartógrafo: F. Vellaio.
Medidas: 34 cm x 30 cm. Autor: Alfredo Benavidez Bedoya. 2017.
En 1832 el Bergantín- Goleta HMS Beagle, al mando de Robert Fitz Roy (29 años) y llevando al joven Carlos Darwin abordo (23 años) llegó hasta Carmen de Patagones y no siendo estación propicia por los vientos, volvió de recalada al norte hasta Bahía Blanca. La ciudad no existía aún y había solamente un Fuerte Militar que era atacado periódicamente por los indios del sur. Allí pasó una temporada de varios meses. Darwin desembarcó y ya en las inmediaciones, en Punta Alta, lugar que se destacaba por ser unas barrancas con un médano encima, encontró restos fósiles del Megaterio y otros animales.
El Megaterio (en griego: Gran bestia), perezoso gigante de Sudamérica fue encontrado por primera vez en Luján en 1788, por el Fraile Manuel Torres. El esqueleto fue armado y enviado a la Corona, que lo expuso ante toda Europa. Fue famoso al ser tomado como ejemplo por los sabios franceses influyentes en la época. Era igual a los actuales perezosos pero gigante, era el perezoso argentino, el Ser Nacional en su esencia Fósil. Medía como una casa de dos pisos, caminaba con los pies y manos torcidos debido al tamaño de sus garras, se apoyaba en sus patas y en su cola contra los árboles y les comía toda la copa, siendo casi seguro que su pedorrea era notable y florida. Debe ser por eso que en la pampa no había árboles al llegar los hispanos, salvo el ombú que, al no tener un tronco diferenciado pudo evitar seguramente, al depredador perezoso. Muy ecológico lo suyo, Megaterium.
En esta ocasión también Darwin conoció al Restaurador de las Leyes y las Reglas de sus mujeres, la bruja Encarnación y Manuelita, la presa incestuosa. Hablo por supuesto de Don Juan Manuel de Rosas, de él y de su ejército exterminador de indios, Darwin dirá cosas muy pintorescas en sus Diarios. El inglés luego cruzó toda la provincia para pasar unas semanas en Buenos Aires, en casa de su amigo Eduardo Lumb Poynton, casado con Elizabeth Yates. Volviendo por tierra otra vez para luego embarcarse y dar la vuelta al mundo en un viaje de cinco años.
“Darwin y la Patagonia” Armando Braun Menéndez. Conferencia en el Jockey Club. 1972. Otras fuentes.

Reseña y Dibujo: Alfredo Benavidez Bedoya.

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