lunes, 10 de agosto de 2009

UKIYO-E.

Género del grabado en madera policromo en el cual mediante superposición de matrices se lograba una variedad cromática parecida a la pintura. En el antiguo Japón, el arte tenía una impronta colectiva dado que los artistas jóvenes no atacaban el arte de sus mayores, sino que lo tomaban muy en cuenta y se identificaban tanto con él que a veces es difícil la adjudicación de autoría. Incluso copiaban obras de maestros conscientemente y le agregaban algún elemento de su autoría. Esta actitud lleva al Arte a ser una labor en común entre diferentes generaciones y logra una consolidación estilística inaudita. Los grabados parecen similares y esto se debe a la persistencia iconográfica, la afinidad estilística entre maestro y discípulo y a la técnica xilográfica. El genio occidental individual, insolente y caprichoso no tiene cabida en el Japón clásico, en este se puede hablar de “tradición codificada”, en ella se utilizan modelos y estereotipos y los artistas nuevos tratan de mejorarlos con aportes puntuales pero sin rupturas estilísticas muy marcadas.

Grabado sobre matrices de cerezo, que estampadas superpuestas con tintas de colores dan como resultado una impresión cromática por transparencia y superposición. Hokusai, grabado por artesanos talladores a partir de un dibujo del artista que se pegaba sobre la matriz para tallarlo en la madera. Una de las 36 vistas del Monte Fuji.

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