sábado, 2 de noviembre de 2013

Micro Monumento a Jorge Luis Borges.



Boceto preliminar
Reflexiones en torno al Monumento, a su necesidad y su pertinencia.
Micro Monumento a Jorge Luis Borges
Bastón de ébano, baldosas de terraza, chapa de cobre grabada al ácido. Tordo renegrido.

Por ser uno de los escritores más importantes del Siglo XX, con Proust y con Kafka, los mejores. Borges merece su monumento en nuestro país. El Che Guevara era un prócer sin monumento de izquierda y Borges lo es de derecha, toda una estupidez eso, porque la permanencia en la memoria ambos lo tienen asegurada. Sean, según nosotros, de izquierda o de derecha, la memoria la tienen asegurada por derecho propio, por haber dejado una cicatriz en la historia política o literaria. Sólo dejando cicatrices se accede a la memoria, y esto es así también para los malvados, como Hitler o Eróstrato que para pasar a la Historia quemó un templo griego de mármol pentélico (el mármol es carbonato de calcio y fusiona a 900 grados centígrados), el Templo de Diana en Éfeso. Bajo tortura confesó que lo había hecho sólo por la fama, ya que era un simple pastor intrascendente. Ante el horror de esa confesión se prohibió en Grecia que alguien llevase su nombre, se prohibió su nombre (otra vez el nombre) para que el incendiario fuera olvidado. Algo que no lograron, a juzgar porque aún lo recordamos en estas reflexiones en torno al Monumento, a su necesidad y pertinencia. Borges es pertinente, es por eso y por razones familiares que presento este Micro Monumento a J. L. Borges. En primer lugar quiero señalar que el tordo renegrido ( Molothrus bonaerensis) es un hermoso pájaro de un negro azulado conveniente para representar a Borges, por ser en su aspecto parecido al cuervo que obsesionaba
a Edgar Allan Poe, autor de culto para Borges. También porque es probable que fueran tordos los que vio Borges para exponer su Argumentum ornithologicum:
“Cierro los ojos y veo una bandada de pájaros. La visión dura un segundo o acaso menos; no sé cuántos pájaros vi. ¿Era definido o indefinido su número? El problema involucra el de la existencia de Dios. Si Dios existe, el número es definido, porque Dios sabe cuántos pájaros vi. Si Dios no existe, el número es indefinido, porque nadie pudo llevar la cuenta. En tal caso, vi menos de diez pájaros (digamos) y más de uno, pero no vi nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres o dos. Vi un número entre diez y uno, que no es nueve, ocho, siete, seis, cinco, etcétera. Ese número entero es inconcebible; ergo, Dios existe.”
Borges, Argumentum ornithologicum. Lo que quiere decir es que si existe un número inconcebible para nosotros, es porque existe Dios, que es quién sólo lo puede concebir. Este poema es importante porque trata sobre la existencia de Dios y la comprueba un agnóstico por la vía pitagórica. Pero yo quiero usar un solo pájaro, un solo Tordo renegrido, porque tengo la teoría de que Borges al cerrar los ojos y ver esos pájaros, vio solamente uno que le apareció corrido y superpuesto a sí mismo, por efecto de sus ojos cansados y de la intensidad de la reflexión metafísica. Teoría mía que no quiere decir que no exista Dios, solamente insinúa que sigue siendo uno, si es que existe. En segundo lugar me permito afirmar que el bastón también es un objeto que representa a Borges, todos lo hemos visto con todo tipo de bastones incluido el de ciego. El bastón que voy a usar es un bastón de ébano con adornos de plata de mi tío abuelo Vicente Ferrer, amigo de los Borges. Bastón que seguramente estuvo en casa del escritor, siendo él un adolescente, antes de viajar a Europa. Tiene el objeto cierta “pertenencia”, por haber compartido un lugar físico y un tiempo en forma simultánea y en forma indudable, no en forma incierta como la bandada de pájaros que vio al cerrar sus ojos, Borges. El original está siendo realizado, entonces, con un bastón de ébano y el tordo posado, siendo modelado mediante resina EPOXI. Este original que se mostrará en la foto será duplicado por diez, en bronce, numerados, firmados y certificados. Los bastones de bronce serán fijados embutiendo la punta en dos baldosas de terraza. Deben ser baldosas de terraza porque ellas pasan la vida mirando las estrellas, y deben ser dos superpuestas para dar mayor fortaleza a la base. En estos diez Micro Monumentos a Jorge Luis Borges, además del bastón y la baldosa, se entregará una plancha de cobre con el Argumentum Ornithologicum grabado al ácido y caligrafiado por quién está reflexionando en este momento, en torno al Monumento, a su necesidad y a su pertinencia. Estos Micro Monumento se realizarán “ à la demande”, según se vayan encargando, ya sea a mí o a mis herederos, cuando esté yo ya esperando mmonumento, aunque sea Micro. Si el culto a este Micro Monumento se extendiera y se reclamara su evolución a Macro Monumento para la esfera pública, sugiero una dimensión como la indica, la comparación con un hipotético Borges mirando su propio monumento, en este boceto preliminar que se presenta y que ilustra estas reflexiones.
Reflexión y dibujo: Alfredo Benavidez Bedoya.