miércoles, 12 de febrero de 2014

Persecución política en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Plata. II



Grafito sobre Papel Amatruda, molino de Amalfi. Medidas 50 cm x 60 cm.
De sombrero y barba pero no de coqueto, por indicación del dermatólogo para evitar los cortes en la cara y protegerme del sol. Cuidados derivados de mi condición de paciente de una Diabetes 2, que se me declaró hace dos años, en el mes de Enero cuando me enteré que me había dado “La Baja” en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Plata. No cobro mi jubilación al tener 23 años y medio como Profesor universitario y no llegar a los 25 años necesarios para retirarse con el 82 por ciento móvil. Subsisto gracias a los Grandes Premios, que me gané por Concurso Público de oposición mediante obras de arte y antecedentes profesionales, Jurado de notables, legislación de la Democracia, exposición pública del Concurso, acumulación de 29 Premios nacionales, 6 Premios Internacionales y la Beca Guggenheim para tener el nivel exigido, todo rubricado en Actas y catálogos y con las obras ganadoras propiedad del Estado Nacional.
Yo no digo que todos los funcionarios cristinistas son nazis o corruptos, al punto que son varios los que me ayudan y defienden (a los que no voy a nombrar porque les van a dar la baja), hay mucha gente muy bien intencionada y decente, pero al carro triunfal se subió cada ladrón, cada atorrante, cada charlatán y cada mediocre, que no llama la atención que todo termine lamentablemente otra vez mal.
BB

En la Facultad de Periodismo y en la Facultad de Bellas Artes están echando profesores por cuestiones políticas, como en la Facultad de Periodismo, donde echaron a 4 profesores. Metodología nazi que empezaron a usar en el IUNA en el 2005.
La Decana de Bellas Artes y Daniel Belinche son culpables de esta persecución. La contestación de la Dirección de asuntos jurídicos del Rectorado es un disparate equiparable al desorden administrativo de Bellas Artes, ya voy a hacer famoso ese dictamen ridículo, por proteger un lugar donde aprovechan el desorden administrativo permitido por el Rectorado, para perseguir a profesores por cuestiones políticas o simplemente porque sus calidades ponen en evidencia la mediocridad de quienes se han apropiado de la Facultad sin merecerlo. Ganan las elecciones impugnando concursos (Belinche), cambiando planes para pulverizar cátedras (Belinche), en mi caso partieron mi cátedra en seis pedazos, y en ese momento era Profesor concursado al igual que los otros profesores que fueron echados o les suprimieron cátedras para dejarlos en disponibilidad. Abortan nuevas listas persiguiendo a quién osa oponerse a Belinche. Organizan Concursos nuevos sin respetar los cargos viejos concursados ni sus jerarquías diferenciales. Inventan Cátedras paralelas como Rodolfo Agüero y Graciela Marotta en el IUNA (otros echadores y perseguidores compulsivos, el primero es Profesor también en la Facu de La Plata), para robar los alumnos de los demás y dejar los Profesores en disponibilidad. Colonizan las cátedras con nuevos adictos que tienen obediencia política para siempre por ser parte del empleo. Echan profesores como yo, que debido a los 23 años y medio tienen antigüedad y cobran un buen sueldo, y con ese sueldo liberado, rentan a cuatro patanes los cuales deben votar obligatoriamente a quién decida Belinche. Le dan la baja a Profesores, como mi caso, a punto de jubilarse con la complicidad manifiesta de ADULP, sindicato al que concurrí y los puse al tanto de todo, para que después usaran esa información para mejor echarme. Este perseguidor llamado Belinche, del que me voy a ocupar de ahora en más, goza de cargos ministeriales, mientras deja a su pareja al frente de la Facultad, por si la movida política externa le sale mal y tiene que volver a la cueva. Y pensar que se quería dedicar a la música, ni villancicos de Navidad puede componer ese señor de nulo talento y especializado en el abuso de poder. Este personaje está de Secretario General del Consejo Federal de Educación y desde allí coordina la aplicación de la Ley Filmus en la ciudad de Buenos Aires y que el año pasado levantó y sacó a la calle a todos los alumnos secundarios.